Teatro del Oprimido: Un Instrumento Creativo Hacia una Reflexión más Profunda
Mayo 2017
Tobias Roberts
Uno de los aspectos más importantes y esenciales del trabajo de desarrollo comunitario es el proceso de ayudar a las personas y las comunidades reflexionar sobre los problemas y retos que enfrenta su comunidad y descubrir soluciones innovadoras para esos problemas. Una ONG que entra en una comunidad ofreciendo ciertos proyectos y vías de desarrollo sin reflexionar junto con la comunidad sobre las necesidades reales y las dificultades que la comunidad quiere superar, simplemente amplifica el ciclo colonialista de asistencia y dependencia.
Encontrarse con la humildad y la paciencia para dejar de lado nuestro programa de desarrollo a fin de escuchar y tomar nota de las necesidades reales y percibidas de una comunidad es el primer paso esencial en el trabajo de desarrollo comunitario. En este breve artículo, reflexionaremos sobre cómo la falta de un análisis eficaz de los problemas puede ser perjudicial para las comunidades donde trabajamos. También examinaremos una herramienta útil, aunque poco convencional, para ayudar a las ONG desarrollar la potencial para escuchar a las comunidades y ayudarlas a encontrar sus propias soluciones creativas a los problemas que identifican.
El Dilema del Análisis de Problemas
Hace varios años, acompañé a una pequeña ONG a una comunidad rural donde estaban planeando trabajar. El promotor de desarrollo comunitario había organizado una reunión con el liderazgo reconocido de la comunidad y quería llevar a cabo un breve análisis de algunos de los principales problemas que se enfrentaba la comunidad. Durante la conversación relativamente informal que siguió, la comunidad mencionó una y otra vez que el principal problema que enfrentaban estaba relacionado con la sequía y la falta de agua potable durante la estación seca.
El promotor de desarrollo comunitario tomó nota de esto, pero preguntó varias veces si había problemas con la equidad de género en la comunidad. Si bien la comunidad reconoció que había problemas con violencia de género, se mostró firme en que su problema principal y más urgente estaba relacionado con los problemas relacionados con el agua.
Al terminar la reunión, le pregunté al promotor por qué había presionado tanto a la comunidad sobre el tema de las cuestiones de género. “Bueno,” admitió ella, “la verdad es que sólo tenemos fondos ahora para proyectos en el tema de género, así que estaba tratando de hacer que la comunidad reconociera esa necesidad.”
En el mundo de las ONG y el desarrollo comunitario, el trabajo que hacemos en las comunidades es muy a menudo dictado por los fondos que logramos gestionar. En lugar de asentar nuestro trabajo en las necesidades expresadas por las comunidades, permitimos que nuestro trabajo sea sujeto a las posibilidades de financiamiento. Desde este contexto, el necesario trabajo del análisis de problemas comunitarios suele ser a menudo omitido o reducido a un intento insustancial de convencer a la comunidad de que "necesitan" lo que tenemos que ofrecer.
Al mismo tiempo, muchas organizaciones de desarrollo derivan sus intervenciones de desarrollo comunitario desde una plataforma conceptual, teórica y algo abstracta que no necesariamente corresponde a las necesidades sentidas de las comunidades. Por ejemplo, desde nuestra perspectiva de desarrollo, no tener agua potable de chorro dentro de su hogar podría ser considerado como un signo de pobreza.
En una comunidad del Altiplano Maya de Guatemala, una ONG basada en la fe gastó miles de dólares para desarrollar e implementar un proyecto de agua para ayudar a las comunidades a "superar" la pobreza percibida por tener que caminar hacia el nacimiento cercano para el suministro de su agua. Vario años después de finalizar el proyecto, tuve la oportunidad de evaluar los efectos del proyecto sobre la dinámica comunitaria.
Varias mujeres de la comunidad me confesaron que, aunque era agradable tener agua en sus casas, también extrañaron ir al nacimiento para lavar su ropa y recoger agua. Me dijeron que a veces se sentían solos en sus casas y echaban de menos la compañía que estos espacios comunitarios traían a sus vidas. El nacimiento de agua era esencialmente un lugar de reunión de la comunidad, especialmente para las mujeres; un lugar donde podían ir a socializar y compartir sus problemas y alegrías con las demás mujeres. La gobernanza colectiva de los nacimientos de agua también fortaleció la cohesión de la comunidad. Con la implementación de los grifos de agua domiciliar, la comunidad perdió uno de los "bienes comunes" que unían a la comunidad.
El privilegio de definir lo que constituye la pobreza es algo sobre el que la mayoría de las ONG´s nunca reflexionan. Ayudar a las comunidades a superar la pobreza se considera un "bien" universal, aunque muchas veces no tomamos el tiempo necesario para reflexionar sobre lo que la pobreza realmente implica. Si bien podríamos considerar el no tener agua en el hogar como signo de escasez y pobreza, una pequeña comunidad en Guatemala podría encontrar que los nacimientos de agua son realmente preferibles en el esquema general de las cosas. Con esta compleja realidad, ¿cómo podemos ayudar a las comunidades a reflexionar sobre sus verdaderas necesidades y problemas sin caer en la tentación de imponer nuestra propia visión y valores?
¿Qué es el Teatro del Oprimido?
El Teatro del Oprimido fue desarrollado por Augusto Boal, dramaturgo brasileño y activista social que buscaba formas de permitir que el teatro fuera utilizado para un mayor bien social. Boal cuenta que durante su juventud, él y un grupo de jóvenes actores viajaron a una comunidad rural que se enfrentaba a la violencia sistémica de la época. Dramatizaron una obra para mostrar cómo una comunidad teórica podía responder a la violencia que enfrentaban al unirse a la revolución armada. Al final de la obra, un miembro de la comunidad les agradeció por la presentación, pero les instó a tomar las armas con ellos para luchar por su libertad y liberación.
Boal se dio cuenta en ese momento de que dar soluciones a las comunidades sin participar personalmente en esas soluciones era un fraude. A partir de ese momento, trató de desarrollar una estrategia teatral para ayudar a las comunidades a encontrar sus propias soluciones a los problemas que se sintieron en carne propia.
El teatro del oprimido permite exteriorizar, a través de una presentación teatral, los problemas identificados por una comunidad. Sin embargo, la obra no cuenta con un "final feliz". Más bien, una vez terminada la obra, los actores piden a la comunidad que encuentre ciertas soluciones a los problemas presentados en la obra. en lugar de simplemente discutir estas soluciones, los miembros de la comunidad se insertan en la obra y cambian el resultado.
Esta "transformación de la realidad" se repite varias veces y luego se debate hasta que la comunidad ha identificado varias soluciones viables para enfrentar un problema de opresión, pobreza, violencia u otro obstáculo al bienestar de la comunidad.
Teatro del Oprimido como Herramienta Innovadora para el Análisis de Problemas
En lugar de empujar a las comunidades a reconocer y aceptar los problemas que nosotros queremos que encuentren, y en vez de ofrecer soluciones ya hechas a estos problemas que se derivan de una relación paternalista y a veces colonialista entre las comunidades "empobrecidas" y la ONG "benefactora", el teatro del oprimido permitir cambiar fundamentalmente el análisis de los problemas y soluciones.
Esta herramienta permite que las comunidades identifiquen sus propios problemas y responder a través del teatro con posibles soluciones. Además, faculta la descolonización del trabajo de desarrollo comunitario permitiendo que las ONG´s se alejan de las soluciones simples e impuestas para convertirse en aliadas con las comunidades que buscan responder conscientemente a los problemas derivados de sus realidades específicas.
About the Author
Tobias has worked with a variety of community development organizations throughout Central America during the past 11 years. He currently works as a freelance consultant and writer while also managing his family´s agroecology farm in El Salvador and participating in a community eco-tourism cooperative.